viernes, 11 de septiembre de 2009

Ex presidente taiwanés y esposa condenados a cadena perpetua por corrupción


Taipei, 11 sep (EFE).- El ex presidente taiwanés Chen Shui-bian y su esposa, Wu Shu-chen, han sido condenados a cadena perpetua por corrupción, blanqueo de dinero y falsificación de documentos, anunció hoy el Tribunal de Distrito de Taipei. La corrupción de un hombre ha causado el desorden de todo el país. Por eso las sentencias son tan severas, señaló el presidente del tribunal, Tsai Shou-hsun, en la sentencia, entregada hoy a la prensa.

Junto con el ex mandatario y su esposa, que también fueron multados con nueve millones de dólares (6,2 millones de euros), fueron condenados los trece familiares y colaboradores imputados, incluidos el hijo de Chen, Chen Chih-chung, a dos años y medio de prisión y el joven político Ma Yung-cheng, a veinte años de cárcel.

Grupos independentistas de Taiwán, apoyados por legisladores del opositor Partido Demócrata Progresista (PDP), anunciaron protestas públicas tras la condena del ex presidente.

"No dejaremos que esto quede así, movilizaremos a todos los grupos civiles de la isla, cercaremos el Palacio Presidencial y otros organismos", dijo el legislador del PDP, Huang Ching-lin.

La presidenta del PDP, Tsai Ing-wen, se solidarizó con Chen y se quejó de que no se han respetado sus derechos humanos, mientras que sectores radicales piden movilizaciones populares en contra del veredicto.

"El proceso judicial ha sido parcial y no ha respetado la ley, por eso no es de extrañar que se produzcan protestas públicas", dijo el portavoz parlamentario del PDP, Ke Chien-min.

La sentencia asesta otro nuevo golpe al PDP, que subió al poder con Chen en 2000 y lo retuvo en 2004, pero perdió las elecciones presidenciales y legislativas en 2008 debido, en gran parte, a escándalos ligados al ex mandatario.

Chen, de 58 años, no asistió a la lectura de la sentencia y asegura, por medio de sus portavoces, que no sabía nada del envío de dinero al exterior por parte de su esposa.

Añadió que lo que llaman sobornos son contribuciones políticas y que los tres millones de dólares en fondos públicos se dedicaron a la diplomacia secreta de la isla.

"Mi única culpa es social", dijo Chen, en referencia a que no gestionó debidamente los actos de sus familiares.

La ex primera dama envió decenas de millones de dólares, supuestas contribuciones políticas, a cuentas bancarias en el exterior a nombre sus familiares, descubiertas por el Grupo Internacional Egmont contra el blanqueo de dinero.

En un artículo publicado el miércoles en la revista electrónica "Neo Formosan Weekly", Chen dijo que sufría "una persecución política" por su postura independentista y que recibía con "resignación y calma" la sentencia.

"Al menos mi corazón está libre. Todo está cambiando ahora y espero grandes cambios muy pronto... Es el mejor momento para declarar la independencia formal de China", señaló Chen.

Los expertos consideraron que la sentencia supone una advertencia para todos los políticos taiwaneses.

"Este juicio es una advertencia para el presidente Ma Ying-jeou y los dirigentes futuros", dijo a Efe el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Soochow Hsu Yung-ming.

La figura de Chen ha galvanizado la vida política de Taiwán desde que en 1996 se hizo con la alcaldía de Taipei, y en especial desde su victoria en las elecciones presidenciales de 2000 que puso fin a más de 50 años de control político del Partido Kuomintang.

Chen se convirtió en el símbolo de la separación definitiva frente a China y de la anticorrupción y democratización frente al KMT, que tras su derrota en China ante los comunistas instaló en Formosa un sistema autoritario acusado de corrupción.

El ex mandatario y el resto de los 13 acusados recurrirán la sentencia en el Tribunal Superior.

El 1 de septiembre, la esposa de Chen, Wu Shu-chen, fue condenada a un año de prisión por pedir a sus familiares que mintiesen sobre unos recibos utilizados ilegalmente para justificar gastos de un presupuesto oficial.

Su hijo Chen Chih-chung, su hija Chen Hsing-yu y su yerno Chao Chien-ming fueron condenados a seis meses de prisión por cometer perjurio.

La esposa del ex presidente fue imputada por corrupción el 3 de noviembre de 2006, mientras Chen estaba protegido por la inmunidad presidencial, por lo que su imputación sólo llegó el 12 de diciembre de 2008.

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