La presidenta de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) denunció ayer que muchos profesores viven situaciones de incertidumbre y desesperación por la presión que ejercen pandillas que penetran a las escuelas para atraer estudiantes al consumo y venta de las drogas.

María Teresa Cabrera, quien es candidata vicepresidencial por el Movimiento Independencia, Unidad y Cambio (MIUCA) dijo que el problema es más grave en los centros nocturnos, donde la situación se torna más compleja, dándose casos de profesores y alumnos que han sido agredidos por miembros de estos grupos.

Señaló que el gremio magisterial recibe quejas y denuncias constantes de profesores que se ven envueltos en dificultades y son amenazados por grupos externos y pandillas que entran a los centros educativos, para influir en los educandos con el fin de que se vinculen a la comercialización y consumo de estupefacientes.

Agregó que cuando los pandilleros se percatan de cuáles profesores están haciendo resistencia a sus propósitos, los amenazan constantemente, por lo que sostuvo que “la realidad de la sociedad dominicana de hoy hace mucho más complejo el ejercicio de la profesión docente”.

La maestra puso como ejemplo que el año pasado un centro educativo de Manoguayabo, en el municipio Santo Domingo Oeste, se vio obligado a suspender la docencia porque sus profesores y estudiantes estaban rodeados y amenazados permanentemente por grupos que intentaban penetrar en el centro y eran señalados por la comunidad como distribuidores y consumidores de drogas.

Cabrera lamentó que muchas escuelas no cuenten con la protección necesaria para enfrentar esta situación, debido a que no disponen de verjas ni portones que garanticen la seguridad luego que los docentes y estudiantes ingresan a los recintos.

“Ellos entran, agreden estudiantes y generan una situación de incertidumbre”, reveló la dirigente profesoral al participar en el Desayuno de LISTÍN DIARIO. Al referirse a la labor que ejerce la Policía Escolar ante ese problema, Cabrera recordó que esos agentes no están presentes en todas las escuelas, a lo que se suma que las condiciones físicas de algunos planteles no permiten que este organismo pueda tener control de la situación, por lo que también se ven envueltos en dificultades.

Dijo que muchas veces estas pandillas han logrado utilizar estudiantes como “mulas” para introducir las drogas en las escuelas.