miércoles, 17 de marzo de 2010

Militares desplazan buscones del narcotráfico


Un abogado de la República que conozco muy preocupado me relató lo siguiente:

“Mira Santana nosotros los abogados, claro los que prestamos los servicios profesionales a narcotraficantes éramos los que negociábamos con ellos y nos encargábamos de todo. Ahora son los propios militares maleados por el dinero y la corrupción que negocian directamente con los capos; y por eso es que tú ve que se asesinan militares y policías porque pasan a ser parte de las redes de este negocio”.

Al oír esto me quedé pasmado, no sorprendido porque malos militares, malos policías, malos fiscales, malos jueces, malos periodistas, malos empresarios, y en fin todos los que sirven al crimen organizado son capaces de cualquier cosa y de todo.

La República Dominicana vive el momento de los escándalos sobre narcotráfico, lavado de dinero y ajuste de cuentas. No pasa un día o una semana que un hecho supere otro. Sin llegar a un final en la investigación del caso Figueroa Agosto, tenemos en la pantalla de los periódicos digitales, los periódicos escritos, la televisión y la radio el cargamento de l,200 kilos de cocaína en España y ultramoderna torre propiedad de Arturo del Tiempo –ATIEMAR- de 36 lujosos apartamentos de precios que van desde 2.2 millones de dólares, y quien sabe más.

La opinión pública recibe otra noticia: “Matan de 21 balazos a Niño Pata de Palo en La Romana, Y quien era este pata de palo nada y nada menos que Alfredo Rodríguez, sindicado como uno de los lugar teniente de Ramón Antonio Puente (Toño Leña) y el otro muerto que acompañaba a Pata de Palo o Niño La Fragancia, era el deportado Juan Arturo Donastorg.

Falta ahora esperar qué sucederá en España donde existe un juez llamado Baltasar Garzón, el hombre que trancó a Augusto Pinochet enviando un mensaje de que el brazo de la justicia es largo.

Entre tanto, corren los comentarios, mientras el país pierde la capacidad de asombro porque cualquier cosa puede y sucede en este mundo que nos toca vivir en dominicana de torres grandes cargamentos de drogas, lavado a gran escala, refugio de delincuentes internacionales, mafiosos de España, Rusia, Alemania y de donde sea porque aquí tenemos un código garantita y la impunidad se compra en dólares, euros, moneda nacional o del país que sea que para eso están las casas de cambios, bancas y demás tapaderas.

Cuantas cosas, y faltan más con aquello de las extradiciones, Quirino, Paya, Figueroa Agosto, Toño Leña, Arturo del Tiempo y otras sabrosuras de la narco-sociedad que nos gastamos entre carnavales, fiestas, restaurantes y francachelas.

Que cosa: Dejemos eso ahí.

Autor: Rafael G. Santana

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