Hay varios casos que están en el aire, y no hay explicaciones de parte de las autoridades. Entre estos está “la lista” de los militares supuestamente pedidos en extradición por los Estados Unidos, y de la que ahora “nadie sabe nada”; la participación de nuestro presidente en el picazo de la torre Atiemar, sin la advertencia de los organismos de seguridad de que este inversionista tenía antecedentes de negocios turbios, incluso de que el señor estaría prófugo de la justicia española.

Entre las tantas inquietudes que mantienen a la ciudadanía a la expectativa, y yo diría que desmoralizada, sale a relucir la interrogante de quién acercó al presidente al español Arturo del Tiempo; y no se puede quedar la otra “lista”, la de los funcionarios que han adquirido apartamentos en dicha torre, a un precio que supera los 40 millones de pesos cada uno, acción que debiera conllevar una investigación seria sobre el origen de tanta riqueza, ya que esta es una suma difícil de conseguir para muchos que se han pasado la vida trabajando honradamente.

También está el caso Figueroa Agosto, con otro rosario de preguntas sin respuestas, entre las que están ¿Quién impidió la extradición del prófugo José Figueroa Agosto? ¿Es verdad que este narcotraficante se movía a sus anchas amparado por altas instancias del poder político y militar de la República Dominicana?

Hay imputaciones subyacentes que señalan funcionarios civiles y militares, cuyos nombres van y vienen de boca en boca, y que nadie del gobierno ni lo niega, ni lo afirma, alimentando esto la especulación. Tampoco se dice si estas versiones están siendo investigadas.

Otro caso que ha dejado insatisfecho al país proviene del Poder Judicial, y fue la escueta respuesta de la Suprema Corte de Justicia sobre los jueces denunciados hace un tiempo como corruptos.

El país está cambiando, la sociedad está exigiendo cada vez más transparencia y los Poderes del Estado están obligados a responder las interrogantes. Ya en la conciencia ciudadana se está afianzando la creencia de que todos los que ostentan poderes públicos están involucrados en el narcotráfico, o que de una forma u otra practican las mil caras de la corrupción. Y ¿quiénes son los culpables de que esta idea se esté cristalizando en el corazón del pueblo?, quienes tienen la conducción del país y la obligación de responder y tomar acciones, no importa quien caiga.

Ya está bueno de estar tapando militares, funcionarios, jueces corruptos, cubriéndolos con una capa de impunidad, porque además de que el país no resiste más, se le está haciendo daño a nuestras instituciones y a muchos servidores públicos que sí son honestos, pero sobre todo, se le está faltando el respeto a los dominicanos que tenemos el derecho de recibir las explicaciones de lugar y ver que nuestras autoridades están tomando las acciones correspondientes.

Por Cosette Bonnelly