viernes, 29 de enero de 2010

El hombre dañino

Para esta vivencia, pienso en el hombre mediocre, pero se trata de un hombre de otras características. El hombre dañino cree por convicción que todo el mundo es tonto. Se hace la víctima a sabiendas que tiene una historia digna de un cuento de antología. Su pasado es oscuro pero él lo hace límpido. Su mayor logro es la “omnipresencia” que logra mantener con influencias y sembrando el temor entre los que le rodean. Tiene la rara “virtud” de convencer a los demás comprando sus conciencias y ofreciendo puestos que después se convertirán en pago permanente por el favor recibido.

l hombre dañino no tiene escrúpulos y cuando rara vez estos asoman a su espuria alma, los sabe emplear con increíble acierto. Nunca se sabe lo que piensa, porque aún haciendo alarde de su sabiduría y aparente sinceridad, confunde con sus actuaciones preñadas de malas intenciones. Tiene como arma y escudo la intriga; la sagacidad la maneja a la perfección con una esmerada propensión a conceder favores y a esperar que se le reconozca. Es un experto en la justificación, pues tiene el preciado don, de confundir con una verdad que maquilla convenientemente y conforma a sus propios intereses. Nada tiene que perder pues lo ha ganado todo el campo del engaño.

El hombre dañino es un ente audaz pero a la par peligroso y vengativo, que no tiene reparos en decir que el que se la hace la paga. Cuídense de gente así, aléjense de sus predios, porque sólo anida mentiras y falsedades. Aléjense de hombres con esta naturaleza, pues nadie sabe cuando utilizará sus largos tentáculos para sabotear cualquier iniciativa que entienda le hará sombra. Algo muy importante, evocando a José Ingenieros, con esta rara especie solo hay que esperar, porque la medida del hombre está en la duración de sus obras. Agrego, no en las obras superfluas, sino en aquellas que llenan el espíritu de gozo y esperanza.

0 comentarios:

Blog Archive

About Me

Lic. Frank Guerra
Ver todo mi perfil