Los Ángeles (EEUU), 27 oct (EFE).- Los populares chihuahuas, convertidos en estrellas de cine y complementos con "glamour" de los famosos, han comenzado a acumularse en las perreras, víctimas de su propio éxito y de la crisis económica. Estas pequeñas y delicadas mascotas llegan con más frecuencia ahora a los centros de acogida de animales del sur de California, donde esperan dueño cerca de 700 chihuahuas.

Un problema que es especialmente significativo en el rico condado de Santa Bárbara, en el que se puso en marcha esta semana una campaña para captar nuevos propietarios que quieran hacerse cargo de los canes.

"Tenemos más de cien en nuestros tres centros y desde que empezó la semana hemos entregado doce chihuahuas, pero como nos siguen entrando, aún hay más de un centenar de ejemplares en las instalaciones", explicó a Efe la directora del servicio de animales de Santa Bárbara, Jan E. Glick.

La demanda de estos perros se disparó durante los últimos años, en gran parte debido a sus proporciones (son los más pequeños del mundo con alrededor de 20 centímetros de altura y algo más de 2 kilogramos de peso), su adaptabilidad y su aspecto adorable.

Estas características hicieron de ellos el "mejor amigo" de personas con alto poder adquisitivo, lo que llevó a que los animales, transformados en símbolo de estatus, viajaran en caros bolsos de celebridades y aparecieran en las páginas de revistas asociadas al lujo.

Artistas como Madonna, Brendan Fraiser, Paula Abdul, Mickey Rourke, Britney Spears y sobre todo últimamente, Paris Hilton, han sido retratados con sus diminutas mascotas.

El éxito de esta raza de origen mexicano propició la producción cinematográfica "Beverly Hills Chihuahua" que tras su estreno el 3 de octubre en EEUU se mantuvo como la película más taquillera del país durante dos semanas, por delante de filmes como "Body of Lies" protagonizado por Leonardo DiCaprio y Russell Crowe.

La creciente demanda de estos perros, que podría verse incrementada por efecto de esta cinta de Hollywood, combinada con el empeoramiento de la situación económica, ha terminado, sin embargo, por pasar factura a estas atractivas mascotas.

"Son muy populares en la comunidad, pero ahora la gente los está abandonando. Incluso los recogemos en la calle. Pensamos que la crisis tiene mucho que ver con lo que pasa. Hay personas que pierden sus viviendas, se mudan y no pueden hacerse cargo de ellos", indicó Glick.

Entre julio y septiembre los bancos embargaron las viviendas de casi 80.000 californianos, un 228 por ciento más que en el mismo trimestre de 2007, aunque la hipoteca no ha sido el único factor que ha puesto al chihuahua de patitas en la calle.

El desencanto de algunos propietarios con la mascota, que no ha cumplido con sus expectativas generadas a través de los medios de comunicación, y el coste de los alimentos y de los cuidados veterinarios han surgido como razones de su abandono.

"La gente los adquiere pensando que son esas adorables cositas que pueden llevar en su bolso, pero no son un accesorio. Están vivos, respiran y requieren mucho cuidado", explicó Anne Stockton, la directora de la organización Small Dog Rescue and Humane Society.

Una circunstancia a la que no era ajeno uno de los perros protagonistas de la película, llamado Papi en el filme, que fue rescatado de una perrera por el equipo de la producción.

"No creo que sea malo necesariamente que salgan en películas, puede ocurrir que aumente el número de rechazos por el incremento de la demanda debido al atractivo de lo que se ve en el cine, pero también puede pasar que más gente venga a buscar chihuahuas a los centros de recogida de animales", declaró Glick.

Los chihuahuas no han sido los primeros en ser víctimas de su éxito, algo similar ocurrió tras la versión de "101 Dálmatas" de 1996, que generó un interés inusitado por la raza dálmata y posteriormente muchos de ellos fueron a parar a las perreras.

La moda de los chihuahuas se disparó a principios de esta década, a raíz del estreno del filme "Legally Blonde" (2001) en el que una chica de Beverly Hills llevaba su mascota a la Universidad de Harvard.