El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos informó anoche, en el boletín de las 9:45, que el disturbio tropical que se acercaba a las Antillas desde el Atlántico Norte se convirtió en la tormenta Olga. Esta es la tormenta número quince que se formó este año en el Atlántico, de las cuales, hasta ahora, seis alcanzaron la cateogría de huracán. Dos de estos huracanes superaron la cateogría cinco, el nivel máximo en la escala con que se mide el poder de estos fenómenos.
Olga es considerada una tormenta fuera de la temporada ciclónica que concluyó el pasado día 30. Este año también se formaron otras dos tormentas antes de iniciarse la temporada. Estas fueron Andrea, el 6 de mayo, y Barriy, el 30 de mayo. La temporada de huracanes del Atlántico comenzaba el primero de junio.
El pasado 28 de octubre se formó la tormenta Noel casi frente a las cosas de la isla y durante casi una semana descargó gran cantidad de lluvias que produjeron decenas de muertos y miles de millones de pesos en pérdidas materiales.
Estos daños obligaron al Estado dominicano a la realización de inversiones extraordinarias y apresuradas que aún está aplicando.
Declaran alerta rojaLa Comisión Nacional de Emergencias (CNE) declaró ayer un alerta roja, el nivel máximo para este tipo de advertencia, para 16 provincias de las regiones Norte, Este y Nordeste, en tanto que anunció un alerta amarillo para otras seis ante la presencia de la tormenta.
El fin de semana, la Oficina Nacional de Meteorología había advertido sobre la presencia de un disturbio tropical que estimó produciría intensas lluvias desde anoche y hasta el próximo jueves, pero la situación cambió cuando el disturbio tocó anoche la isla de Puerto rico y se convirtió en tormenta.
Las provincias en alerta roja son Santiago, Puerto Plata, Espaillat, Hermanas Mirabal, Duarte, Monte Cristi, María Trinidad Sánchez, Samaná, Valverde, Sánchez Ramírez, El Seibo, Hato Mayor (en especial la ciudad de Sabana de la Mar), La Altagracia, La Vega y Monseñor Noel. Mientras en alerta amarilla están Santo Domingo, San Cristóbal, Monte Plata, Santiago Rodríguez, Dajabón y San Pedro de Macorís.
Anoche, en Puerto Rico y las islas Vírgenes se lanzó un alerta de inuncaciones por la presencia del fenómeno, que se esperaba descargue lluvias torrenciales.
AdvertenciasEl domingo en la noche el presidente Leonel Fernández convocó a los organismos de socorro en el Palacio Nacional para tomar medidas frente al fenómeno. Ayer el director de la Defensa Civil, general retirado Luis Luna Paulino; el director de la CNE, coronel Juan Méndez; la directora de Meteorología, Gloria Ceballos y el director del Comité de Presas y Embalses, Octavio Rodríguez, junto a otros directivos de los organismos de socorro, informaron sobre las medidas que se adoptarían.
Luna Paulino dijo que todavía no ha sido preciso ordenar las evacuaciones de las familias que habitan en zonas vulnerables, pero fueron activados los comités regionales y provinciales para proceder inmediatamente cuando lo disponga el Centro de Operaciones de Emergencias (COE). Recomendó a los residentes en las provincias en alerta roja que adopten medidas precuatorias de inundaciones y deslizamientos de tierra, sobre todo a quienes viven en las proximidades de ríos, arroyos y cañadas.
LAS PRESASEl Comité de Presas y Embalses informó que están en sesión permanente desde anoche monitoreando las presas para evitar descargas de emergencia.
Explicó que las presas que podrían una mayor cantidad de aguas de las lluvias son las ubicadas en la cuenca del Yuna, como el caso de la de Hatillo, en Cotuí, y la de Rincón, pero que también posiblemente esta situación llegue hasta Tavera, en Santiago, y Monción, en Valverde.
“En Hatillo está entrando más agua a la presa de la que está vertiendo, ya que tiene 85 centímetros por encima del nivel máximo. Están entrando 99 metros cúbicos por segundo y estamos vertiendo 87 metros cúbicos por segundo. Esa es la más peligrosa”.
Tavera tiene dos metros y medios por debajo del nivel de operación. Durante la tormenta Noel, el mes pasado, fue necesario hacer descargas de agua de las presas en grandes cantidades que produjeron inundaciones y daños aguas abajo, principalmente en el nordeste y el sur del país.