SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El Fiscal del Distrito Nacional, Alejandro Moscoso Segarra, informó este lunes que se encuentra en el país el dominicano Fermín Antonio Taveras Ramírez,  quien también se identifica como Ángel Betancourt, acusado de participar en el secuestro y asesinato de cinco chinos en Panamá.

Moscoso Segarra manifestó que se ha puesto en contacto con las autoridades de la Fiscalía panameña para intercambiar informaciones sobre el caso que ha consternado a la población de Panamá y preocupado a las autoridades dominicanas.

Conforme al funcionario, en la Dirección General de Migración se encuentra un registro de que Taveras Ramírez entró al país luego de la comisión del quíntuplo crimen cometido en Panamá.

Entre los chinos alegadamente asesinados por Taveras Ramírez o Ángel Betancourt,  figuran Yessenia Lou Kan, Young Wu Ken, Joel Liu Wong, Samuel Zeng Chen y Georgina Lee Chen.

El también dominicano Alcibiades Méndez, quien fue apresado por los mismos crímenes, alegadamente ya confesó su culpabilidad y señaló a Taveras  Ramírez como el cabecilla de la operación, según la Fiscalía Auxiliar de la ciudad de Panamá.

A Méndez, las autoridades panameñas le confiscaron US$103,000, dinero que se presume es parte del rescate que habrían pagado familiares de las víctimas para obtener su liberación.

Según datos suministrados del Ministerio Público de Panamá, entregados a medios de comunicación del país centroamericano, Méndez habría confesado que de los cinco jóvenes chinos panameños, tres fueron muertos a tiros, a un cuarto le dio un disparo con una pistola de Pelex (balines) en el rostro y una puñalada en la pierna, y al quinto lo enterró vivo.

A Méndez también se le atribuye haber confesado que fue su cómplice, Taveras Ramírez, o Ángel Betancourt, el que planeó los secuestros y crímenes, basado en experiencias previas en la República Dominicana, por lo que ahora las autoridades dominicanas investigan a ver si hay expedientes en su contra.

A Méndez también se le atribuye haber confesado que antes de secuestrar a sus víctimas, él y Taveras Ramìrez abrieron las fosas donde más tarde enterrarían los cuerpos de los cinco chinos.